“Es la intención, o la conciencia, la que determina el carácter de la acción al consentir o dejar de hacerlo sobre el bien o el mal. Por lo mismo, si un acto realizado de mala fe es malo, un acto realizado con buena intención nunca podrá ser malo; incluso la ignorancia puede eximir de culpa por tanto el hombre actúa desde sí mismo, desde la voluntad, y que sólo la intención determina el carácter moral de la acción.”

Por lo que es una perspectiva ética que enfatiza la intención como el núcleo del juicio moral, subrayando que lo que convierte una acción en buena o mala es el propósito o la conciencia con la que se realiza. Esta visión tiene raíces en corrientes filosóficas como el deontologismo de Kant, donde la moralidad de una acción no depende de sus consecuencias, sino de la voluntad detrás de ella.

Sin embargo, complementando este planteamiento, se puede considerar que las consecuencias de las acciones también tienen un peso moral, aunque no anulen la importancia de la intención. Por ejemplo, alguien puede actuar con buena fe pero causar un daño irreparable por ignorancia o falta de previsión. En este caso, la ignorancia puede eximir de culpa, pero no necesariamente de responsabilidad, ya que el desconocimiento no siempre justifica el impacto negativo.

Además, el acto moral no ocurre en un vacío: se da dentro de un contexto social, cultural y ético más amplio. La intención debe evaluarse en función de la información y las herramientas disponibles para el individuo. Un acto bien intencionado puede dejar de ser moral si no se toma en cuenta la posibilidad de prever las consecuencias negativas o si se obvia el esfuerzo por aprender y discernir.

Por último, si bien «el hombre actúa desde sí mismo, desde la voluntad», también es importante reconocer que la voluntad no es completamente autónoma, ya que está influida por factores externos como la educación, las experiencias previas y los valores de la sociedad. Esto no exime a la persona de responsabilidad moral, pero sí invita a reflexionar sobre la relación entre libertad, conocimiento y moralidad en la toma de decisiones éticas.